La 64ª edición del Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias (FICCI) llega con una premisa clara: Cartagena es el alma del Festival. Más que nunca, el FICCI apuesta por su ciudad, sus barrios, su historia y su gente, reconectando con sus raíces y su diversidad, convirtiendo a la comunidad cartagenera en protagonista de esta gran celebración del cine.
«El FICCI siempre ha sido de Cartagena y para Cartagena. Esta edición reafirma nuestro compromiso con la ciudad, ampliando los espacios de proyección, abriendo nuevas oportunidades para la formación y apostando por un cine que dialogue con el territorio y su gente. Este año, el Festival regresa con más fuerza a los barrios y a las calles, porque aquí es donde el cine se vive y se siente», expresa Margarita Díaz, directora del FICCI.
Una inauguración con sello cartagenero
El FICCI 64 abre con “Alma del desierto, ópera prima de la directora cartagenera Mónica Taboada-Tapia, rodada en la Guajira. La elección de esta película como apertura del Festival responde a la voluntad de conectar con historias y miradas propias, impulsando el cine colombiano y visibilizando nuevas voces. Esta historia, ambientada en el desierto colombiano y enraizada en una identidad profundamente local, es una muestra del cine que el FICCI quiere promover: narrativas poderosas que hablan desde la región pero con la fuerza para dialogar con el mundo.
“Para quienes hicimos Alma del Desierto, inaugurar el FICCI es un honor inesperado. Crecimos viendo cómo el festival hacía parte de Cartagena a través del cine, y en mi caso, ir a los teatros del centro con mi hermana y mis amigas no era solo un pasatiempo, era una ventana al mundo. Ahí nació gran parte de mi deseo de hacer películas. Nunca imaginé que nuestra obra abriría el festival, y menos en un momento en que el cine enfrenta desafíos enormes en todo los rincones del planeta.
“Cartagena es y siempre ha sido una ciudad cinéfila. Sus teatros desaparecieron por la gentrificación y la turistificación, pero el FICCI sigue siendo un espacio de encuentro. Que una película dirigida por una cartagenera, con el diseño sonoro de Carlos García también de esta ciudad, marque la apertura del festival es un símbolo de lo que está por venir: nuevas historias, un cine que resiste y sigue transformando vidas.
“Alma del Desierto también es un homenaje a la fortaleza de Georgina Epiayú y de la población diversa de La Guajira, que nos recuerdan que no hay obstáculo imposible de superar cuando la humanidad es nuestro escudo. Este festival es también para ellas, para quienes sueñan con hacer cine y para todos los que creen en el poder de las imágenes, los sonidos y las historias” afirma Mónica Taboada, directora del filme.